"CUENTOS DE MASCARILLA"

 

Cinco años. Cinco años desde que el mundo se detuvo y, paradójicamente, mi teléfono no paraba de vibrar con fantasmas resucitados. La pandemia, ese gran igualador, pareció despertar en muchos una repentina necesidad de volcar sus cloacas emocionales en mi bandeja de entrada. WhatsApps interminables, audios que parecían no tener fin, todos creyendo que mi existencia se había transformado en un vertedero personal.

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No os engañaré, fue una batalla campal con mis propios demonios. Las heridas de infancia, el eco persistente del abandono, esa maldita sensación de ser un felpudo emocional… todo se agitó con cada notificación. Pero en medio de esa tormenta de toxicidad ajena, decidí buscar una grieta de luz. Me negué a ser un simple cubo de basura.

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¿Qué hacer con tanta porquería que no era mía, que me inundaba por dentro? Tuve una idea extraña, quizás alquímica. Cogí ese estiércol emocional, ese abono inesperado, y planté mis propias semillas. De esa tierra, aparentemente infértil, brotó este libro. Un fruto peculiar, lo sé.

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La primera edición… no todos la comprendieron. Y es lógico. Juega con conceptos que a veces se desdibujan, con cuentos que no prometen finales de cuento de hadas, sino más bien un banquete de lombrices. Pero ahí reside su extraña magia. Si alguna fibra de tu ser vibra con este proceso, si alguna de estas historias roza una herida o un anhelo en tu interior, quizás, solo quizás, se encienda una luz. El piloto de avería. El chivato que te indica que ha llegado el momento de cambiar el aceite de tu alma.

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Como diría un buen amigo, en este libro me he sacado la "chorra". Me he desnudado sin pudor, mostrando las cicatrices y los hallazgos de este peculiar viaje. No esperéis respuestas fáciles ni consuelo edulcorado. Aquí encontraréis honestidad cruda, la belleza inesperada que puede surgir del barro, y la invitación a mirar vuestro propio estiércol con ojos nuevos. Quién sabe, quizás allí también florezcan semillas insospechadas.