¿Y QUIÉN ES ÉL...?
Y en qué lugar se enamoró de tí...
Aunque hay quien lo niega, soy David Köemman. Han intentado asesinar mi nombre. He estado al otro lado de la Puerta del Nirvana y decidí quemarme antes que arder en el infierno. A veces soy contador de historias y, en ocasiones, vivo del cuento. Aprendiz de todo lo que me late y gurú de absolutamente nada.
Es imposible vivir con nadie, ya que en mi cabeza tengo un overbooking de egos, aunque en mi corazón solo cabe una viajera, y vuela en business class. Soy esquimal entre las raíces de las palabras y surfero sobre tsunamis de praxis personales que dibujan camisas estampadas con colores chillones. Montañero de cuerda floja y sin red, amigo de gente de mal vivir, y mano izquierda de monjes que no se aclaran en esto de vivir en el aquí y ahora.
GPS e Ibuprofeno cuando los amigos se pierden entre sus arterias. Buen puerto donde atracar, siempre que haya un buen botín en el banco; banco de parque donde descansar cuando las hojas caducas del otoño nos dibujan arrugas, mientras nos besamos como si una historia de amor fuera, o fuese, a durar toda una vida.
Soy ese eterno niño, repleto de heridas y tiritas en codos y rodillas.
Sí, soy David Köemman... y lo sería en cada vida que me queda por vivir.
¡SALUD, HERMANAS! ¡SALUD, HERMANOS!

