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[2024 THANK'S]


Este año he decidido no hacer recuento, no echar la vista atrás, y mira que este sí ha sido el año para analizar, agradecer y regocijarme en anécdotas, sucesos y "psico-dramas". ¡¡Pero no, con dos cojones!! Esta noche la despido solo, frente a mi "Sancho" particular, que me ilumina con esa pantalla de casi 30 pulgadas y boquita que, en vez "de piñón", es de manzana.


Veo a la Pedroche con otros ojos, —digo veo, ya que nunca me ha gustado mirar—. Los ojos que analizan una tristeza y cansancio en su mirada, quien lucha por ser inevitablemente juzgada y exponerse ante millones de espectadores, fraccionando bandos. ¿El vestido? Pues creo que, si mi madre —como diseñadora de moda— estuviera entre nosotros, le surgiría la duda de si es un diseño de los suyos en la época de los '80.


Es inevitable no echar de menos a muchísima gente, al igual que pensar en las cosas que pudieron haber sido y no fueron, pero con curiosidad de que el tiempo descubra el motivo.

Tampoco quiero proyectar deseos. Tengo la firmeza de que no estamos preparados para construir una visión de futuro que nos posicione en donde realmente nos merecemos. A veces —por no decir siempre— tenemos las miras muy cortas y no nos sentimos merecedores de tanta abundancia, y en cada espacio de lo que escribimos vamos colocando excesos de comas que se acaban convirtiendo en palos en las ruedas.


Así que abriré los brazos y que el karma sea benévolo —como lo es siempre—, perfecto como la maquinaria de un reloj suizo de los de antes, de la vieja escuela. Mi ego quiere creer en la venida de los Reyes Magos de Oriente, pero no sabe que quien realmente importa es la estrella. Mucha importancia se le da al camino, a lo que se vive en él, y creo que al final es una justificación, una excusa para guardar los tickets del peaje y luego demostrar que transcurrimos el viaje.


Pero lo importante es llegar, ¿a dónde? Ni puta idea. Seguramente, si nos viéramos a vista de dron o de pájaro —para los que estudiamos en la E.G.B.— observaríamos que transitamos en bucle. Y algunos, que tenemos más suerte, al intentar desviarnos acabamos creando una espiral, que seguramente nos lleve al mismo sitio pero un poco más mareados y con sobredosis de Biodramina.


Es raro, pero escribo este post en silencio, una paz fría, de esas que esperan que nieve en las montañas de este lugar aséptico. Hasta la voz de mi cabeza está alejada de mí; creo que la escucho en la cocina, preparando un delicioso salpicón de marisco que otros disfrutarán por mí.


Creí no volver jamás a pasar unas Navidades solo...


No creas todo lo que te cuenta tu cabeza.

Dejemos el 2024 en esa carpeta de escritorio que creó Apple hace más de 40 años y luego copió Windows. Pues eso, que la vida no os haga un "copia-pega", mejor un "Comando+N" para empezar un nuevo archivo.


{David Köemman}©


BANDA SONORA DEL POST DE HOY:




 
 
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