top of page
Buscar

[2025 GO GO GO!]

No me ha dado tiempo a barrer ciertos rincones del 2024 a causa —y no es excusa— de fuerzas mayores, como haber estado meses intermitentes ingresado en mi querido hospital de Alcoy. Pero este "acuartelamiento" me nutrió con nuevas ideas, personajes de guión y experiencias que encajan, o lo harán, en nuevos trabajos editoriales.


Una de mis profesoras de guión, Cecilia Magaña, me explica y muestra las características psicológicas a la hora de armar un personaje y me reconoce que los personajes siempre llevan un aroma o salpicaduras del autor. Mi mente, que está entrenándose para posar el prisma en lo positivo o bonito, se da cuenta de que no es necesario que estos muestren constantemente nuestros demonios o infiernos personales.


Veo y compruebo que la sanación en la escritura pasa por arrancar catalizando y mostrando nuestras heridas, pero, una vez conseguido esto —en mayor o menor medida—, no podemos quedarnos y apalancarnos en el sufrimiento ni en ese vicio masoquista de placer y recompensa de la lástima o victimización. Hay que dar otro impulso para entrenar la gratitud. Cuanto más practicas y asimilas ese estado de "gracias", se va forjando y van cayendo las escamas de "forzado", falsedad y ese famoso llamado "síndrome del impostor", hasta que la gratitud se convierte en algo natural.


Así que está muy bien reconocer que todo lo que escribo tiene mi sello almático y, por supuesto, de praxis personal. Y ¿quién no sueña —desde su cárcel mental— con vivir una vida o convertirse en un héroe de la suya propia? Pues eso: les invito a que bajen al "Chino" o "Ale-Hop" más cercano de su casa, compren una libreta o cuaderno y arranquen con su diario personal. Y si no son de salir de casa, abran un documento Word o Pages y déjense llevar por la fluidez de sus dedos, sin excusas, ni "es que", ni "pero"...


Estoy a punto de terminar una novelita; realmente es mi segunda novela, ya que la primera: "ME DECLARO FALSO POETA EN NEW YORK", que vio la luz hace 6 años, fue una prueba de amor y algo muy underground. Solo se editaron e imprimieron 5 ejemplares: uno para la persona que fue motivo de escribirla, otro para mí y los otros tres para el Depósito Legal y autores. Más tarde, rescaté los pseudo-poemas para sacar a la luz el poemario con su mismo nombre. El resto de publicaciones han sido cuentos emocionales, relatos nostálgicos de mi ciudad, poemarios subterfuge y demás rarezas creativas.


Estoy terminando de diseñar, ilustrar y maquetar el nuevo poemario de mi amiga, confidente y poeta Anna Rufié. Está quedando una preciosidad —modestia aparte—, y cuando termine, voy a engancharme al último capítulo de mi trabajo, que dejé atascado hace un año. Algo me dice que ahora es el momento.

¿De qué va? Una comunidad de vecinos aparentemente normal que, entre todos, construyen o forman una especie de Frankenstein que, a primera vista, inquieta, pero a medida que rascas, cada impureza revela aspectos de supervivencia y amor de la raza humana y su psique. Experiencias paranormales, vivencias críticas y traumáticas, y desenlaces que, como buen amante del cine de Tarantino y Guillermo del Toro (y sus guionistas), llevo en mi influencia.


Lo que más me gusta de escribir es imaginar al lector y agarrarlo de la mano para pasear por historias que le puedan emocionar y mostrar alternativas y resoluciones a problemas o escollos que, ante una mente sistemática, no pudieran parecer posibles. En ocasiones, como nos programaron diciéndonos que había cosas que no se podían hacer, ya dábamos por hecho que no funcionarían. Y como practicante budista y estoico, sé que, si no lo pruebas, no puedes saberlo.


{David Köemman}©


BANDA SONORA DEL POST DE HOY:







 
 
bottom of page