[CHICHONES, SIGLO DE ORO Y EL PASADO]

Esta tarde, mientras estudiaba con mi hijo Alain Historia del Arte —asignatura que me encanta—, íbamos rellenando fichas a la antigua usanza, muy lejos de ChatGPT o consultas en Google (que tampoco las veo con malos ojos). Pero mientras analizábamos todo lo que solemos estudiar juntos —quitando matemáticas, física y química (en parte)— me daba cuenta de que todo gira en torno al pasado: la geografía, que nos acompaña al Big Bang; la historia, que nos da un paseo por civilizaciones, culturas y arte...

Y sí, está bien hacerse preguntas y comparativas sobre cómo hemos llegado hasta estos días de guerras, internet, violaciones, y cada vez menos amor y más desconexión, como confirma el antropólogo Josep Maria Fericgla (click aquí para conocerlo).

No es que me vuelva cada vez más nihilista, pero hace tan solo dos horas mi débil cuerpo se ha desplomado. No sé muy bien si ha sido fallo neuronal, desequilibrio, mis neuropatías en pies y piernas, o simplemente que arrastro muchas horas de sueño. Me he golpeado la cabeza en la zona del hipotálamo, y la sacudida ha hecho que se desplomase sobre mí una figura pesada de Ganesha...

¿Os imagináis morir por el golpe de una figura amarmolada de un niño dios consentido y malcriado con trompa? Jajajaja.Y aquí me tenéis, escribiendo, porque —como hablaba con mi amiga Gema antes de la hora de cenas en toda España— esto de escribir me está salvando la vida desde hace años.

Esta caída me ha hecho reflexionar sobre el presente y el futuro inmediato.Cuando me he preguntado quién me iba a decir que iba a caerme en mitad de la noche y quedarme media hora tirado en el suelo, solo, sin ganas de levantarme del frío suelo en esta noche lluviosa, me han visitado muchos recuerdos: caídas, ex que me miraban de reojo cuando estaba tirado pero no les nacía tenderme la mano, ni siquiera preguntarme: ¿Qué tal estás...?

Y en eso, mi hijo y lo que estudia.¿Por qué los preparan tanto para saber del pasado?¿Para no cometer los errores de la humanidad?

Realmente creo que a esta jaula de grillos venimos a cometer los mismos planes y errores. Creo que no damos más de sí. Es como aquellas maquinitas recreativas de los años 80, donde, una vez pasadas todas las pantallas, podías repetir por placer, ya no por superación. De hecho, incluso a veces te dejabas matar por el marcianito de turno porque te aburría plenamente.O, quién no, le cedía la partida a ese colega que te respiraba en la nuca, casi metido en la pantalla...

Por cierto, la doctora que tan mal me trató ayer no estaba para recogerme en mi habitación, ni ahora me está recetando ibuprofeno para el fuerte dolor de cabeza que tengo...

Voy a ver si me tomo una infusión de tila, y mañana, al levantarme, meo todo el odio que me generó.

{David Köemman}©

{BANDA SONORA DEL POST}