[¿CUÁL ES TU NARRADOR?]
- DAVID KÖEMMAN
- 23 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 24 dic 2024

Como algunos ya sabéis, estoy aprovechando este tiempo de convalecencia y recuperación en el reposo de mi hogar para estudiar y aprender nuevos conceptos que me ayuden en mi faceta de comunicador y no solo a crecer como profesional, sino, lo más importante para mí, como ser humano y espiritual.
Hoy, en el curso de guión, hablamos de los narradores internos, que provienen de estudios muy potentes de psicología, y he podido apreciar ciertas similitudes con aspectos de los estudios budistas que, en más de una ocasión, me han mostrado mis maestros de camino espiritual.
A la hora de construir un personaje para un libro, guion, etc., es muy importante saber cómo se habla, y me ha parecido muy interesante compartir este estudio y cómo lo voy a enlazar a mi vida propia y a mis personajes.
Narradores internos: cómo potenciar los positivos y transformar los negativos
En nuestra mente conviven diferentes tipos de narradores internos, esas voces que interpretan nuestra realidad y determinan cómo nos sentimos y actuamos. Según la psicología y enseñanzas espirituales como el budismo, estos narradores son clave para nuestro bienestar. Reconocerlos y trabajar con ellos nos permite potenciar los positivos y transformar los negativos.
Tipos de narradores internos y cómo gestionarlos:
El crítico interno: Este narrador juzga y recalca errores constantemente. Frases como: “Nunca lo haces bien” o “No eres suficiente” son su especialidad.
Cómo transformarlo:
Practica la autocompasión. Responde a sus críticas con frases más amables como: “Estoy aprendiendo y es normal cometer errores”. También puedes cuestionar sus afirmaciones: “¿Es esto realmente cierto?”.
El perfeccionista: Busca estándares imposibles y no tolera fallos. Su mantra es: “No puedes estar satisfecho hasta que sea perfecto”.
Cómo equilibrarlo:
Cambia tu enfoque: valora el esfuerzo, no solo el resultado. Recuerda que “lo mejor es enemigo de lo bueno” y celebra cada pequeño paso hacia tus objetivos.
El pesimista o fatalista: Este narrador siempre anticipa lo peor y ve el vaso medio vacío.
Cómo desactivarlo:
Practica la gratitud. Cada día, escribe tres cosas buenas que te hayan pasado, por pequeñas que sean. Cuestiona sus pensamientos con preguntas como: “¿Qué evidencia tengo de que esto realmente va a salir mal?”.
El narrador del pasado: Vive atrapado en lo que fue, reviviendo errores o nostalgias. Dice cosas como: “Si tan solo hubiera hecho esto diferente...”.
Cómo soltarlo:
Practica mindfulness o atención plena. Enfócate en el presente con ejercicios de respiración y acepta el pasado como parte de tu aprendizaje.
1. El narrador positivo o alentador: Este es el que te anima y celebra tus logros. Dice: “Puedes hacerlo” o “Eres capaz”.
Cómo potenciarlo:
Reafírmalo conscientemente. Usa frases positivas, rodéate de mensajes inspiradores y reconoce tus pequeños triunfos. La meditación y la gratitud son grandes herramientas.
El narrador sabio: Representa la calma y la perspectiva. Es como un maestro interno que te dice: “Todo tiene su momento, confía”.
Cómo fortalecerlo:
Cultiva la introspección a través de meditaciones, lecturas espirituales y momentos de silencio. Presta atención a esta voz y anota sus mensajes en un diario para recordarlos.
Cómo trabajar con los narradores internos:
Cuestiona y reescribe las historias: Cuando un narrador negativo hable, detente y pregúntate: “¿Es esta la única manera de ver la situación?”. Cambia sus frases por palabras más empáticas y constructivas.
Practica el pensamiento consciente: Usa mindfulness para observar tus pensamientos sin identificarte con ellos. Recuerda: “Tú no eres tus pensamientos, solo el observador de ellos”.
Usa visualizaciones guiadas: Imagina que tu narrador positivo es un amigo o mentor amable. Visualiza cómo toma el control y reemplaza las historias del crítico, el perfeccionista o el pesimista.
Actos de gratitud y bondad: Practicar la gratitud y actuar desde el corazón alimenta a los narradores positivos y debilita las voces críticas o pesimistas.
Crea un ritual de reflexión diaria: Al final del día, reflexiona sobre tu diálogo interno. Pregúntate: “¿Qué voz predominó hoy?”. Escribe tus pensamientos positivos y comprométete a amplificarlos al día siguiente.
Reflexión final
Los narradores internos son como invitados en tu casa mental. No puedes evitar que algunos toquen la puerta, pero tú decides a cuáles dejar entrar y darles protagonismo. Con práctica, puedes convertir tu mente en un espacio donde las voces del amor, la sabiduría y la paz sean las principales protagonistas.
Como dice el budismo: “La felicidad no está en controlar los vientos, sino en aprender a navegar”.
{David Köemman}©