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[Follar más y joder menos]

«Follar más y joder menos: el resumen español del budismo en tiempos de estrés y yogur griego»



¿Cómo se aplica el budismo en esta vida occidental tan caótica?

Spoiler: con dificultad, pero también con mucha gracia.Y con una frase que lo resume todo: “Follar más y joder menos”.


Iluminación, café con leche de avena y una hipoteca

No falla. Me invitan a una cena. Me cruzo a alguien en una cafetería. Me escriben por redes. Siempre aparece esa pregunta con tono entre la admiración y la sospecha:

—Tú que estás con eso del budismo… ¿cómo se aplica todo eso aquí?

Y yo respiro. Porque ya entendí que a veces uno medita veinte años solo para aprender a sonreír cuando le hacen la misma pregunta por centésima vez. ¿Cómo se traduce el noble óctuple sendero en esta vida de facturas, ruido, listas de tareas, ansiedad y pan de masa madre? Con humor. Con paciencia.Y con una frase que me vino como un rayo en medio de una discusión ajena:“Follar más y joder menos.” Así de simple. Así de profundamente budista.


Esta vida loca: no es Samsara, pero se le parece mucho

No vivimos en un monasterio del Himalaya ni tenemos cocineros que nos preparen el arroz con verduras en silencio. Vivimos en pisos de alquiler, con WiFi inestable y vecinos que ven realities. Nos despertamos con alarma, no con mantras. Tenemos más pestañas abiertas en el navegador que en la mente. Y aún así, muchos me preguntan: ¿Dónde meto la práctica espiritual en medio de este caos? La respuesta es tan decepcionante como liberadora:justo ahí. En medio del caos. El budismo no es una vía de escape, es una manera de respirar en la tormenta sin convertirse en ella.


Lo que aprendí con un apagón

Una noche de mayo hubo un apagón total —¿os suena?—. Ni luz, ni móviles, ni series, ni excusas. Lo que llegó fue:Velas. Silencio. Frío.Y una intimidad brutal con mis propios pensamientos. Fue un retiro involuntario, exprés y al mismo tiempo, uno de los más verdaderos. No tenía a dónde huir. Solo quedaba mirar hacia adentro.

Quizás no necesitamos más tecnología, sino más apagones.Más momentos en los que el mundo se detiene para que podamos escucharnos de verdad.

FOLLAR MÁS Y JODER MENOS

Sí, suena grosero.Y sin embargo, tiene una profundidad inesperada. Porque "follar" aquí no es solo sexo:es conexión, presencia, caricia consciente, respirar piel con piel sin el piloto automático. Y “joder” no es solo fastidiar al otro: es reprochar, exigir, enjuiciar, llevar cuentas, ser víctima profesional del pasado ajeno. ¿Te imaginas una sociedad que hiciera más el amor (en todos los sentidos) y molestara menos?

La mayoría no necesita más espiritualidad.Necesita más humanidad.

De charleta con mi ego

—¿Y si se ríen de ti por decir eso?—Que se rían. Mejor risa que pose espiritual.—¿Y si algún maestro budista se ofende?—Le recordaré que el Buda también se reía.—¿Y si tienes razón?—Entonces ya puedo descansar.


Verdades que pinchan como cactus

Queremos paz, pero nos cuesta dejar de tener razón. Nos llenamos la boca de “soltar” mientras apretamos los dientes. Queremos vibrar alto… pero no bajamos la voz en casa.

El ego moderno no se viste de oro, sino de frases hechas:“No eres tú, es tu energía.”“Te suelto con amor, pero me acuerdo cada día de lo que hiciste.” Y así vamos. Espirituales por fuera, tóxicos por dentro.


Prácticas mínimas que sí funcionan

  1. Respirar antes de hablar.

  2. Dormir más.

  3. Tocar más (manos, miradas, espalda, alma).

  4. No discutir con hambre.

  5. No discutir en general.

  6. Abrazar más de lo que opinamos.

  7. Escuchar sin preparar la respuesta.

  8. No hablar de espiritualidad sin haber fregado los platos.

  9. Soltar lo que no quieres cargar, aunque se llame familia.

  10. Amar sin aplastar.

  11. No joder al prójimo como forma de autoafirmación.

  12. Follar (sí, también literal) con alegría, presencia y ternura.


¿Y el Dharma?

El Dharma no es una doctrina muerta. Es una manera viva de mirar, de actuar, de no perderte a ti mismo en medio del griterío. Aplicar el budismo aquí no es replicar monasterios. Es cultivar silencio entre semáforos. Es meditar en el baño si hace falta. Es darte cuenta de que puedes no responder, no reaccionar, no vengarte. Eso también es sabiduría.


Frases que puedes compartir, tatuar o escribir en la nevera

  • “El Buda no vivía en Instagram. Pero tú sí. Hazlo con conciencia.”

  • “Si no puedes iluminarte, al menos no jodas la luz de los demás.”

  • “Haz el amor antes de la guerra… incluso si la guerra es contigo.”

  • “Tanta terapia para al final llegar al mismo punto: jode menos, ama más.”

  • “El ego no se elimina, se educa.”

  • “No eres responsable de lo que te pasó, pero sí de no repetirlo en bucle.”

  • “Meditar no es dejar de sentir. Es dejar de reaccionar como siempre.”



No es fácil, pero tampoco imposible

Hermano, hermana, budista de asfalto… Aplicar el budismo aquí, ahora, con hipotecas y estrés, no es fácil. Pero tampoco imposible. No necesitas túnicas, necesitas presencia. No necesitas frases en sánscrito, necesitas decir “lo siento” sin sarcasmo. No necesitas ascetismo, necesitas mirar a los ojos y no al móvil. Y si te quedas con una sola idea de este texto, que sea esta:

Haz el amor más a menudo. Jode menos. Vive más.



{David Köemman}©

 
 
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