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[GOOD RIDDANCE]




GOOD RIDDANCE suena en la voz de Green Day en esta fría mañana de Nochebuena. Las luces parpadean en mi ventanal con vistas al emblema del pueblo. Sigo sintiendo que este no es mi lugar e intento no castigarme ni reñirme como a un niño pequeño tras hacer travesuras. Hacer un acto de amor por otra persona no es precisamente mirar por uno mismo, y es una trampa tan delicada que nos vendemos al mejor o peor postor, según el grado de autoestima o necesidad que tengamos. ¡¡Malditas carencias!!


Es inevitable el regreso a la infancia: recuerdos del serrín, ríos de papel de plata y figuritas del Belén, el árbol, el aroma a estofado, pelotas de puchero y turrones. Desde la mirada de un niño, donde su deseo de que sus padres se amaran no veía la desgracia que, con el tiempo, debería convertir y transformar en virtud en la adultez. Sorpresa que no era sinónimo de regalos envueltos en papel kraft a los pies de una copa de abeto enredada con espumillones.


No he tenido nunca miedo al fracaso... bueno, en realidad estoy plagado de ellos, pero como todos. Lo único es que, entre hacer y no hacer, siempre he preferido pasar a la acción. A pesar de los terrores internos, siempre he sido más fuerte que ellos. Os invito a que, en el peor de los casos, podáis enmendar antes que arrastrar una pena de por vida. "Red Bull, memoria y mucha agua" me susurran al oído, a 3000 decibelios, la frase de Arde Bogotá con su Torre Picasso: "Voy a subir a lo alto, levantaré tus brazos y gritaremos juntos. Hay que parar el mundo."


Me gusta lo que representa el día de hoy, ya que es un pistoletazo a la introspección, a entrar en la cueva y mantenerse calentito hasta que, por San José, empiecen las flores de los almendros a brotar. Como canta Leiva: "Todo el mundo cree en Dios cuando se va a estrellar el avión."


No espero nada, y por eso tengo esa paz interna a pesar de que el mundo gira vertiginoso a mi alrededor.

No me pido, no me exijo. He conseguido aceptarme y ya no dejo que nada ni nadie me pise "lo fregao". Raros nos llaman, especialitos, para hacernos menos daño, pero en ocasiones molestamos. La gente que me ama —que son muchos— respeta mis decisiones de soledad.


No sé en qué momento me hice amigo de la oscuridad; supongo que cuando descubrí que necesitaba de mi luz. Esta noche tendré mi corazón en un sueño, imaginando que mis cuatro hijos me abrazan y disculpan a ese padre incompleto que soy, y mi mente abrazando a una familia que me acogió durante los últimos tres años en cada Navidad.


Amo escribir en lengua española a pesar de estar siempre usando el valenciano —o catalán, para los puristas—, pero me gusta cómo los ingleses diferencian entre la soledad elegida y la obligada con palabras diferentes. La elegida no es tal: no eliges; te ves en ella envuelto y ya te empadronas.


Que paséis una feliz Nochebuena. Abrazad, besad, acordaos y demostrad a la gente que os importa, aunque sea solo esta noche. Aunque os tachen de hipócritas, lo verdaderamente importante es el recuerdo y el estar.



{David Köemman}©


BANDA SONORA DE ESTE POST:


GOOD RIDDANCE ►

TORRE PICASSO. ►

NO TE PREOCUPES POR MÍ. ►


 
 
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