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[LA HE CAGAO]


A veces, la familia que te da la vida no es la que alimenta tu espíritu.


Hace una semana regresé a este terreno sanador que me ha acompañado durante toda la vida: esto de escribir o poner negro sobre blanco —que queda más bien expresado—.


Hay quien insinúa que voy sembrando cátedra, que escribo o hablo de un modo altivo, como si fuera el más listo o dando lecciones. Os aseguro que solo escribo desde el lugar más íntimo y limpio que acontece en mi interior, y me gusta pensar que es mi alma intentando hacerse entender.


Siempre hablo desde mi praxis o experiencia personal, y aunque llevo salvándome y dándome de hostias desde que nací —como todos—, mi intención y trabajo es expandirme como la luz. Así que, si lees esto y eres de los que están constantemente juzgando o con mal cuerpo, es una buena señal: muestra que me estás utilizando de catalizador para sanar tus mierdas, que, ojo, como las Meigas, "haberlas, haylas".


Una vez aclarado esto, esta mañana celebraba y explicaba en un post la precisión del perdón, de la paz, de la calma interna, y de cómo no entrar al trapo con las provocaciones o, incluso, con nuestro peor enemigo, que bien sabéis es nuestro colega el Ego. Pues nada, después de casi un mes limpio de enfados, casi sin juicios, con paz mental a pesar de todo lo que vivo a diario con esta condena bendita de no poder comer, vomitar constantemente, marearme como una mona cada "cero coma" y demás atrocidades materiales y económicas... "la he cagado".


Tu paz vale más que cualquier lazo de sangre.

Sé que debería mostrar compasión por mí mismo, pero agradezco que esto me ponga frente a mis narices el nivel de autoexigencia y perfeccionismo que habita en mí. Así que, vamos a seguir trabajando en ello. Dicen que el ser humano es una máquina perfecta y precisa a nivel físico, pero poco se habla de la complejidad de la mente.


Ramiro Calle tiene una frase muy potente que dice:

"Cuando te sientas un iluminado, visita a tu familia unos días y verás cómo te bajan los humos."

Pues eso. No sé qué tienen los padres, la familia allegada, que saben cómo manipular y detonar lo peor que llevas dentro. Seguramente por eso, los que somos las ovejas negras o perros verdes de nuestra estirpe o piara —según se vea— aguantamos poco junto a la jauría o manada. Necesitamos escapar, que no es lo mismo que huir —al menos para mí—, ya que huir implica un movimiento rápido y apresurado, con un sentido de urgencia o desesperación, mientras que escapar es un movimiento más planificado y reflexivo, con un sentido de libertad o liberación. Además, la sensación al ponerlas en práctica es diferente: huir conlleva miedo, pánico o ansiedad; escapar, en cambio, es una sensación de alivio, satisfacción o logro.


No todas las raíces dan vida; algunas solo buscan hundirte.

¿No os pasa que con vuestra familia, sobre todo padres, apenas os pueden decir nada? ¿Saltáis a la primera? ¿No os sentís apoyados? ¿Parece que se burlan de vosotros o emiten juicios constantemente? ¿No os sentís suficientes ni válidos? Esto es sano y ayuda a crecer, a menos que realmente os haya tocado algún miembro que sea mala persona o narcisista.


Se puede conseguir mejorar, perdonar, entender y abrazar un carácter, pero cuando consideras que, si tú eres capaz de haber salido de truños emocionales y ser mejor persona, tu padre, tu madre, tus hermanos, etc., también pueden. Excusas como "son de otra generación" o "no tienen la información ni la inteligencia emocional o psicológica que nosotros tenemos" no me valen. Lo siento. Siento ponerme alterado —que lo estoy, porque me acaban de joder tres sesiones de psicóloga, un blog, un libro recién salido de imprenta y, sobre todo, mi esfuerzo personal.


Os recomiendo una serie que se llama [YO ADICTO]. En esta serie autobiográfica, el director Javier Giner expone su adicción a las drogas y a ciertas actitudes, pero podríamos ser cualquiera de nosotros con nuestras heridas de infancia y sin tomar ni una puta cerveza 0'0. Es decir, somos yonquis de las heridas de la infancia. Somos nuestro propio camello o dealer, cargando con el peso de cuando tu padre no te prestaba atención, cuando decía que te seleccionaban de portero para jugar a fútbol porque ocupabas toda la portería por tu sobrepeso y, de este modo, no te colaban ni un gol; cuando te hacía de menos por suspender una asignatura, por tener el cuello ennegrecido por signos de diabetes y decir que era roña o suciedad... Y así me podría "inventar" mil cosas que siempre negarán. Además, como ponen cara de beatos, el malo acabarás siendo tú: la víctima real.


Esa víctima real se convertirá en un disfuncional que no le irá nada bien en la vida, y ahí estarán ellos para recordártelo y echártelo en cara constantemente. Por eso, dejadme y permitidme que le haga una oda a los gilipollas de la New Age que dicen que este tipo de personas hemos venido a sanar el árbol genealógico, mientras tocan sonajeros, recitan mantras y te meten el dedo en el culo para ver si te llegan al tercer chakra.


¡Joder! Con lo bien que estaba esta mañana. ¿Veis por qué no se puede uno apoyar en nadie? Los gurús, swamis, maestros no existen. Cuidado a quién seguís, que se puede caer por un barranco. Intento echarle las culpas a una "D" que he visto con cera de velas negras en una foto, y quiero pensar que este resbalón se debe a trabajos extraños y de maldad que me hacen. Pero llevo seis meses sintiendo las olas que me golpean con fuerza, y como suelo decir, soy un acorazado indestructible.


Os pido disculpas por utilizaros como cubo de basura, porque sois lo único que tengo. Prefiero ser huérfano a una diana repleta de dardos.


¡BUEN VIERNES!


"La familia no siempre es destino; a veces, es lección."

Hoy no hay pseudo_poesía a no ser que valga un "a tomar por culo".


P.D. Siento si he defraudado a mi psicóloga Mónica o al Lama N. Wangjor.😜

Soy humano, no un transformer.


{David Köemman}©


 
 
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