[LA VIDA A SORBOS]
- DAVID KÖEMMAN
- 18 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Admiras a un personaje por sus intentos, más que por sus éxitos.

Llevo 2 días enganchado a un curso de guion del profesor Julio Rojas, al cual admiro desde hace años. Me adentré en el mundo del cine documental social por el año 2014 con mi ópera prima [PARIS 365 "A CORAZÓN ABIERTO"], por la cual le estaré eternamente agradecido a Patxi Lasa y su equipo por la confianza depositada en mi visión novel y, por entonces, poca trayectoria.
Ya va para 11 años de esta preciosa criatura que nació de la generosidad, de ese punto de partida que solo conciben las personas que lo han perdido todo y, cuando se ven sobre un kilómetro cero, se perjuran que no van a cometer los mismos errores a pesar de las trampas del sistema.
Ahora, sentado en una silla de oficina de seguros, rescatada de ser descuartizada del punto limpio, con el silencio que ofrecen las casi 3:33 de la madrugada y ese temple que me otorga el insomnio, hago repaso —para, de este modo, reforzar mi valía— de todo lo hecho y poder ver lo que me queda por hacer.
He de reconocer que aún sigo siendo un sobrepensador y he nacido con esa tara de cuestionarme cualquier teoría que se defienda con magnitud —esto es algo que mis hijos pequeños han heredado de un servidor—. Por eso, cuando estudias un buen guion, hay creadores que aseguran que admiras a un personaje por sus intentos, más que por sus éxitos.
¡Buuuf! Sé que suena a manzana de feria sin depilar, empacho de diabetes. Me pregunto de dónde viene la palabra "admirar" y acudo a la enciclopedia, a esos tomos fraccionados en donde nuestros padres se dejaban un pastizal con la trampa de poderlas pagar a plazos. Aún conservo la mía, de Salvat, ajada, amarillenta, con hojas color casi tabaco y de un gramaje importante. Sientes un extraño y morboso placer cuando aprietas las portadas mulliditas imitando una piel rugosa. Puede llegar a despertar una cierta energía Kundalini.
La palabra "admirar" proviene del latín admirari, que se compone de dos partes:
1. Ad-, un prefijo que significa "hacia".
2. Mirari, que significa "maravillarse" o "asombrarse".
Literalmente, admirari se puede traducir como "maravillarse hacia algo" o "dirigir asombro a algo". En su origen, implicaba una mezcla de sorpresa y contemplación ante algo que se percibía como extraordinario o digno de reconocimiento. En español, admirar evolucionó o se manipuló para abarcar tanto el sentido de sorpresa ante algo grandioso como el respeto y la estima hacia alguien o algo.
La verdad, me vibra el concepto, pero... —siempre hay un puto pero y mira que mi psicóloga Mónica Cortés me los ha prohibido 😅— ¿esta palabra será tan positiva como parece? Admirar a alguien, ¿quizás no sea ponerlo en un pedestal bajo nuestra ignorancia, con el riesgo de sembrar la decepción en un futuro? ¿Y si la decadencia de la admiración sea la decepción? ¿La admiración puede ser un combustible tóxico que llena el depósito de un ego que desconocemos? Al igual que la envidia sana, ¿puede existir una admiración enfermiza que esconde o muestra nuestra baja autoestima? ¿Detrás de un sentimiento de admiración se pueden alimentar las bajezas de nuestra infinidad? ¿Y si una lavadora se calcifica, es que juega en el Mundial?🤔
Cuando creas un personaje para un guion, es interesante saber dónde se siente cómodo para lanzarle una antítesis de él mismo y, de este modo, observar cómo responde. Al igual, deberíamos hacerlo nosotros en nuestras vidas cada "x" tiempo. ¿Cuánto es cada "x" tiempo? Pues cuando notas que la cosa está aburrida, que siempre te cabreas por lo mismo y eres muy previsible. ¡¡De nada por el consejito!! 🤣
En mis cascos —que los llevo para no molestar a los vecinos— suena Have You Ever Seen The Rain ► y aunque va llegando la hora en donde, si te miras al espejo, puedes ver al diablo, me pregunto por qué los vampiros se peinan y maquillan tanto si, total, no se reflejan en los espejos.
******
[PSEUDO_POESÍA VII]
Las velas negras son para cobardes.
Quien quiere hacer daño: AMA.
Sí, ama fuerte al que odia,
ama a quien se enoja,
ama a quien tiene miedo de vivir,
de dañar,
de aniquilar.
Hagámoslo a lo que nos hace sufrir.
[David Köemman] ©