[NACÍ CON EL PIXEL ART]
- DAVID KÖEMMAN
- 10 may
- 3 Min. de lectura

Aunque no hay una fecha concreta de nacimiento del pixel art, supongo que ya en los mosaicos antiguos romanos existía esa especie de pixels cerámicos que formaban rostros, uvas y bacanales... aunque Google y la Wikipedia me chivan que el pixel art no tiene una "fecha de nacimiento" específica como un acontecimiento único. Su origen se puede rastrear hasta la primera imagen digital de la historia, creada por Russel Kirsch en 1957. La imagen de su hijo recién nacido, compuesta por 512 píxeles, se considera el precursor del pixel art.
En los 70...
Con las limitaciones de los primeros gráficos de videojuegos, los ejemplos iniciales de pixel art eran bastante abstractos.
1978-1980...
Los videojuegos arcade clásicos como Space Invaders y Pac-Man, junto con consolas de 8 bits como la Nintendo Entertainment System y la Sega Master System, contribuyeron a popularizar el pixel art.
En resumen, el pixel art no tiene una fecha de nacimiento precisa, sino que se originó gradualmente, de la mano de la historia de la informática y los videojuegos.
Bien… Datos y más datos… cuánta historia para decir que nací en los 70. Nostálgicos ahora mismo a puertas de los casi 50 años, niños con hipoteca —los afortunados que no pertenecen al ASNEF—, haciendo malabares con la responsabilidad, los traumas, las adicciones y los runners de cerveza y rayas —no justamente en medio del pelo.
Nada significa nada. Ni tener nuevo papá, ni que el planeta esté plagado de guerras, ni ese miedo más profundo de quedarnos sin luz y, por ende, sin internet ni WhatsApp (más que sin comida en la nevera), porque ¿saben qué? Las neveras están vacías, no porque no tengamos dinero para llenarlas, sino porque Mercadona ya cocina por nosotros.tengo presente cuando entró la primera caja de Donuts en mi casa. Sí, caja. Mi abuela era muy exagerada —además de haber vivido una guerra— y compraba todo a lo bestia. Recuerdo ese primer sabor: azúcar glaseado crujiente y muy, muy tierno.
Nunca fui de Cola Cao. Bebí leche de vaca recién ordeñada hasta casi los 18 años. Así tengo los huesos de enormes y fuertes. Y lo digo con certeza porque llevo seis meses viéndome reflejado, cada mañana, desnudo ante el espejo... Y mis costillas parecen más un acordeón euskaldun que las ramas de un árbol. Tomé leche con biberón hasta casi los 15. Me encantaba ese sabor a tetina de goma gastada, estriada, casi crujiente.
Me relajaba ese biberón de 40 cl, marca Nenuco, con rosca azul celeste. El sueño profundo de Morfeo me visitaba en los últimos sorbos. Era mi diazepam con lactosa. Mano de santo. Desdoblado como el gato de Schrödinger, notaba los labios de mi abuela en la frente… Un “buenas noches” que sellaba los sueños.
Estoy escuchando Radio María y no entiendo nada.
Suelo poner de fondo mi pop indie en Spotify o algún Lama iluminado "rockstar" en YouTube, pero ahora puse la radio, además en la tele —que la tengo ahí parada desde que me la regaló Lorena este verano pasado. Así que oigo palabras como "superiora", "sor", "sembrar en huerto ajeno" y "fumatas"...
Soy de la era del pixel art, de antes de Mario Bros y después del Tekken, de resaca en casa de mi amigo Jacin.
¿Cómo explicarles a mis hijos que flipábamos con unos muñequitos planos y de combinaciones dudosas de color?
Ahora les flipan por moda, por ser "vintage", pero prefieren sus gafas de realidad virtual y emitir directos en Twitch.
Bebo sorbos pequeños de agua con limón y azúcar moreno que me parece panela, pero dudo su procedencia y tratamiento. Está rico, pero ni los limones saben a limón, ni la proteína médica con la que me alimento está tan buena. Pero me mantiene vivo, aunque me falte el oxígeno.
Dicen que la hermana Lucía regresa a Fátima tras hacer el Camino de Santiago. Eso dice el cura que está hablando en la emisora. Ayyy, pobrecica Sor Lucía si viera en el putiferio en que se ha convertido el Camino… Jajaja, al igual que el budismo, que no todos los que llevamos japa malas colgados del cuello somos de fiar.
Amén.
Pero sin acento.
Llámame.
Pero sin LL…
{David Köemman}©