[NO SE TE PUEDE DECIR NADA...]
- DAVID KÖEMMAN
- 9 ene
- 3 Min. de lectura

¡¡No se te puede decir nada!! ¿Te suena? Si es así, seguramente estés o hayas pasado por una enfermedad, tanto física como mental (que para mí es lo mismo), ya que comprendo al ser como una unidad y no como un fraccionamiento.
No estamos educados para saber cómo tratar al prójimo. Hacemos lo mejor que podemos, estoy convencido. He conocido a muy pocas personas con maldad genuina. Creo que existe una falsa publicidad que utiliza como eslogan la idea de que hay más maldad de la que creemos, pero no es así.
Esta mañana he conversado con mi psiquiatra, un tipo muy especial que practica –como dice él– terapias "ilegales" además de la psiquiatría en la Seguridad Social. Me ha descrito unos puntos que quiero compartir, primero para las personas que tienen estas reacciones, para que puedan quedarse un poco más tranquilas, ya que a mí me ha relajado bastante pensar que no tengo un "virus del odio" dentro. Y luego, para quienes provocan estas reacciones al ignorar que una enfermedad y su tránsito pueden generar tanto malestar en una persona.
Sí, este fenómeno puede estar relacionado con varios conceptos en psicología o psiquiatría, aunque no tiene un nombre único y específico. Algunas explicaciones posibles incluyen:
Rechazo debido a la disonancia emocional
Cuando alguien atraviesa una enfermedad o situación difícil, las buenas palabras o intenciones pueden chocar con su estado emocional interno. Esto puede generar disonancia emocional, donde la persona siente que las palabras positivas no se alinean con su experiencia actual, provocando rechazo.
Negatividad cognitiva o sesgo negativo
En algunos casos, las personas enfermas desarrollan un sesgo negativo hacia su entorno. Esto significa que interpretan las palabras o actos de los demás de manera pesimista o como insuficientes, especialmente si sienten que nadie puede realmente entender su dolor.
Mecanismos de defensa
El rechazo puede ser un mecanismo de defensa como la negación, la proyección o la evitación. Por ejemplo, alguien puede rechazar ayuda o palabras amables porque no quiere enfrentarse a la vulnerabilidad o al reconocimiento de su situación.
Depresión reactiva
En personas con enfermedades crónicas o graves, puede desarrollarse una depresión reactiva. Esta puede incluir síntomas como irritabilidad, desesperanza o rechazo de apoyo, debido a un sentimiento de inutilidad o frustración por no poder cambiar su situación.
Apatía o desesperanza aprendida
Si una persona siente que su enfermedad no tiene solución o que el apoyo de los demás no puede cambiar su situación, podría experimentar desesperanza aprendida, lo que lleva al rechazo de cualquier gesto positivo.
Aversión al optimismo forzado
A veces, las palabras bienintencionadas pueden percibirse como una minimización del dolor o sufrimiento, especialmente si vienen en forma de frases como “todo estará bien” o “sé fuerte”. Esto puede generar aversión al optimismo forzado, una reacción emocional que lleva a rechazar tales comentarios.
¿Cómo manejar este rechazo?
Es importante abordar este tipo de reacción con paciencia y empatía:
No imponer ayuda: Es mejor preguntar cómo se puede apoyar, en lugar de asumir lo que la persona necesita.
Validar emociones: Frases como “entiendo que esto debe ser muy difícil para ti” suelen ser mejor recibidas que intentos de animar.
Ser consistente: Aunque rechacen el apoyo inicialmente, mantenerse presente puede ayudar a que con el tiempo se abra la puerta a la comunicación.
{David Köemman}©
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