[NO TE HE OLVIDADO]

Sé que no me has olvidado, al igual que no lo ha hecho ninguna de todas las mujeres que se han cruzado en mi vida -para bien o para menos bien-, esa estantería repleta que espera despierta, de muñecas Matrioska que guardan dentro la pureza de mi corazón. Pero siempre preferís a los "malotes".

No tienes, problemas, de verdad no tienes —me cuenta mi amigo Leiva mientras tomamos unas cervezas de imaginario colectivo. Baja la mirada al plato de sashimi que me canta y recuerda las noches clandestinas de hoteles de gasolinera en la capital del juguete, tus tacones de "Manolos", suela roja, y haciendo el amor en todos los rincones.

Inolvidable, tatuado tu carmín de Maybelline. Ojalá me estés leyendo. Tu moreno andaluz, tu mayoría de edad para regresar a mis brazos y esa altivez de niña pija que eres. Y yo... sí, sigo siendo el mismo bohemio que pasea en bolas y calcetines por casa. No pudiste cambiarme y sé que detestas tu vida normal.

Me encantaría contarte cada año que he pasado sin ti, y contigo seguramente estaría dispuesto a abrir mi corazón, a sabiendas de que volverías a jugar con él. Veo aún tus ojos temerosos; pido que no los tengas, que tus miedos se esfumen y solo te quede la duda de si te recuerdo. Nos acompañamos sobre cuerdas flojas, pañuelos bordados a mano y lavados a máquina.

Son fechas para recordarte más, si cabe. Tu primer paquete en casa, repleto de dulces besos; me abrazabas como a un niño necesitado de amor, me besabas como al amor que te mereces. Y escribir a las otras no sirvió de nada. Eres rotulador permanente, spray de grafiti en las córneas. Aún te huelo, cuando tuviste la necesidad de escuchar los latidos de un corazón pertrechado de insomnio.

Te recuerdo, ya que olvidar es imposible, por el paso de los años y los daños.

Nota: ejemplo de escritura automática...

"Cuando comprendas que toda opinión es una visión cargada de historia personal, empezarás a comprender que todo juicio es una confesión".

[David Köemman}©

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